Los recechos de montaña resultan más fáciles con el asesoramiento de Huntts.
La forma física es uno de los pilares de la caza en montaña. No se consiguen los mismos resultados si somos capaces de seguir el ritmo del guía que si tenemos que obligarle a ir ‘tirando’ de nosotros psicológica o físicamente
Para los cazadores de Huntts.com otro factor primordial es la ropa y, sobre todo, el calzado: recomiendan siempre un atuendo cómodo y que nos mantenga secos
Se necesita llevar un arma y una óptica adecuadas al lance que intentamos realizar y con las que estemos acostumbrados a cazar
Los recechos de montaña
Una cacería en montaña, alta o media, no es equiparable a asistir a una jornada de menor o a una montería. Hay que tener en cuenta que es una modalidad que exige una preparación previa y un equipo adecuado que nos permitan afrontar horas de rececho, largas caminatas, bajas temperaturas y terrenos abruptos. Todo en movimiento y sin parar, exigiendo,además, un gran rendimiento del equipo.
No estamos hablando de ir a abatir un arruí, macho, rebeco o sarrio cualquiera.
Nos referimos a la caza en alta y media montaña tras un animal determinado, trofeo o selectivo, que puede que esté en su zona de querencia habitual o que, ese día, se haya levantado triscador o saltarín y esté un valle más allá, lo que para nosotros puede representar más horas de camino o tener más posibilidades de que el tiempo cambie de repente, algo habitual en la sierra.
La receta para disfrutar Los recechos
A la media y alta montaña no solemos ir todos los fines de semana, por lo que ese evento en particular lo encaramos siempre de una forma un poco diferente.
Lo primero es reorganizar nuestra equipación para esta modalidad, lo que nos hará plantearnos la necesidad de conseguir pertrechos distintos a los que estamos habituados.
En la montaña no hay que estrenar nunca nada, jamás: siempre ropa y calzado –botas semirrígidas, con Gore-Tex y buena sujeción del tobillo– cómodos y usados.
Recuerde que un roce de la bota o una costura que apriete, llegan a ser una tortura… Si no tiene más remedio que estrenar algo del equipo, utilícelo, mucho, en meses previos.
En el rececho se alternan momentos de actividad física con otros más pausados y muchas jornadas se realizan en invierno. Por eso, los cazadores de Huntts.com siempre insisten en que es imprescindible vestir ropa que nos proporcione un buen confort térmico, manteniéndonos secos y calientes.
Teniendo en cuenta que la ropa húmeda trasmite el frío hasta 25 veces más rápido que la seca, en el rececho en montaña es vital vestirse ‘por capas’ –que podamos sumar o restar para evitar sudar– y olvidarnos por completo de las prendas de algodón que, al absorber el sudor y humedecerse, nos enfriarán.
Las armas y elementos ópticos Los recechos
El rifle, sencillo, práctico, liviano y cómodo, pues hay que cargar con él varias horas y, por supuesto, que sea un arma a la que estemos acostumbrados.
No olvidemos unos guantes apropiados, pues las manos heladas no son compatibles con un disparo exitoso.
Y aprovechémonos de las últimas tecnologías ópticas: prismáticos, medidores de distancia y visores nos ayudarán a localizar el ejemplar deseado, ahorrarnos caminatas y lograr un tiro certero.
Aún con el sabor de la temporada que ya se acaba, comenzamos a ver en, nuestro futuro cinegético inmediato, la bonita y embrujadora silueta del corzo.
Aún con correa y en grupos familiares, empiezan a estar inquietos ante la llegada del momento en el que tengan que buscar sus propios territorios.
Los machos adultos comienzan a buscar sus gastaderos de siempre, mientras que las hembras, en avanzado estado de gestación, andan buscando los mejores y más verdes pastos para poder amamantar a sus rastras en un futuro no ya tan lejano.
Cada mochuelo a su olivo
Donde más tranquilidad encontró para sus retoños el año pasado, la futura madre encaminará sus pasos, dejando ya atrás a sus añejos ‘mocitos’.
Necesita tranquilidad y mucha proteína verde: a más verde, más leche.
Los machos que, este año, ya llamaremos adultos, buscan una zona donde los viejos pasaron la última temporada, confiando en que su ocupante sea demasiado anciano o fuera abatido por la selección, natural o humana.
Una vez que volvamos a pestañear estarán todos ubicados y la temporada de caza del corzo habrá comenzado.
No te despistes, no te confíes, busca tu corzo con antelación en nuestra central de reservas
«Observa profundamente la naturaleza y entenderás todo mejor», A. Einstein
Reflexión y refracción de la luz
La reflexión de la luz se produce cuando los rayos de luz llegan a un cuerpo o una superficie y chocan con ellos y estos rayos de luz atraviesan la superficie, el mejor ejemplo es la pesca, cuando vemos un pez en el agua, este no se encuentra donde le vemos pues la imagen al atravesar el agua lo hace con otro grado de inclinación, de esta manera los pescadores apuntan no al sitio donde ven a la presa sino más adelante.
La refracción de la luz, por el contrario, se produce cuando los rayos de luz chocan con una superficie y no la atraviesan saliendo con un ángulo igual al cual entraron.
Ignazio Porro
Ignazio Porro (1) fue un inventor y topógrafo italiano, su nombre está estrechamente asociado con el sistema de prismas que inventó alrededor de 1850 y que es utilizado en la construcción de prismáticos.
El gran descubrimiento, que nos atañe a nosotros, fue el denominado prisma de porro, que es un prisma de vidrio y de base triangular isósceles con un ángulo a noventa grados, de forma tal que devuelve la luz invertida.
Siendo trivial en la explicación es la forma de reflejar la luz cambiando la imagen y devolverla hacia donde es emitida.
Los prismas corrigen la imagen colocándola en la posición correcta.
La ampliación se consigue a base de unas lentes que aumentan la imagen.
Esto, que puede ser un poco enrevesado, nos sirve para intentar comprender el funcionamiento de los prismáticos, de forma que nos traen la imagen en la posición correcta.
El ocular de cada cámara no está alineado con el objetivo, y el prisma refleja la luz en forma de S hacia el ocular.
Generalmente, el ocular derecho tiene un anillo de corrección dióptrica, que se gira para conseguir la dioptría diferente en el ocular izquierdo y mejorar aún más el enfoque de la imagen observada con ambos ojos.
Los binoculares utilizan una combinación de lentes y prismas para agrandar las imágenes. Las lentes encaminan la luz y permiten enfocar la imagen ampliada hacia los ojos del observador.
Los prismas permiten que las imágenes provengan desde ejes más separados los de los dos ojos, aumentando la sensación estereoscópica o de relieve de lo que se ve.
De manera que el italiano nos proporcionó a los recechistas allá por 1850 uno de los artículos más importantes para poder cazar los corzos.
Álvaro C porro
Casi todos los años subo a cazar corzos al norte de Burgos invitado por mi amigo Jacobo C, el cual tiene la deferencia de invitarme a recechar, cosa que agradezco y que me ilusiona enormemente por lo que conlleva, no es por los corzos en sí, sino que…
…Es por las charlas, en las cuales mis amigos me enseñan muchísimo sobre el comportamiento del ‘duende del bosque’.
…Es por los parajes norteños, tan distintos de las dehesas extremeñas.
…O es, quizá, por esa gastronomía, de la cual no te cansas de probar los diferentes platos.
…Es por esos compañeros, con los que te juntas para tomarte una copa una vez finalizado el rececho, que te dan momentos de alegría, risas, y donde compartes conocimiento campero.
…Es por esos amaneceres frescos, cuando el sol está apretando en el sur, y donde todavía las temperaturas son agradables.
En definitiva, por múltiples razones que provocan que me merezca la pena el viaje y la estancia en esa zona.
Álvaro es el hijo de mi amigo Jacobo y este suele ser mi compañero de caza en aquellos terrenos, oficia de guarda conmigo y juntos recorremos los campos de cereal o girasol, en busca de algún ‘capreolus’ que se deje acercar un poco.
La caza lenta vs. paso corto y vista larga
Durante esos ratos que nos da el monte disfrutamos el rececho en sus dos vertientes, la primera como dice Ernesto Navarrete en su artículo ‘La caza lenta‘, y la segunda es la forma de rececharlos norteña, ‘paso corto y vista larga’. Haciendo cresta y andando cuerda hacia delante para localizar los corzos en las hojas de cereal.
Debo contar antes de nada que Álvaro tiene unos veinticinco años, de sonrisa sempiterna, piernas incansables, educación exquisita, auténtica ansia por aprender todo aquello que su corta edad no le ha enseñado, y de formas humildes. Tiene tales cualidades que le permitirían, sin duda, el tener conversaciones o intervenciones con los mayores recechistas corceros sin desentonar.
Posee la dicha de estar rodeado de gente cazadora, con los que absorbe conocimientos sin parar, lee todo aquello de caza que llega a sus manos, en definitiva, que actúa como el proceso de osmosis celular.
Pues tal es el compañero de caza que me acompaña en aquellas tierras norteñas tras los corzos.
Durante el transcurso de los recechos nos ha sucedido de todo, he tirado, he fallado, he matado, o incluso, como nos sucedió la última vez, hemos hecho la entrada al corzo, pero por torpeza mía, no culminé por unos segundos.
Con sol, viento, frío, con buen resultado, o malo, Álvaro está siempre sonriente, y presto a animarte para conseguir la presa.
Durante el transcurso de las entradas permanece silencioso, ágil para decidir, y rápido para culminar.
‘Ojo de Azor’ porro
Puesto que el término ‘Ojo de Halcón’ está cogido, le propongo como ‘Ojo de azor’. Vista prodigiosa, no tan solo por su edad, sino porque también sabe dónde mirar, lo cual es casi tan importante como lo primero.
‘Ojo de Azor’, tiene la peculiaridad de coger los prismáticos de forma vertical para ver por tan solo un ocular.
Como sabemos, al tener los dos ojos mirando un objetivo lo que podemos coger es el campo de profundidad. ‘Ojo de Azor’ no necesita la profundidad, él va andando, se echa el prismático al ojo y enseguida determina la calidad del trofeo y si merece la pena entrarle.
Es curioso, pero le resulta efectivo es un movimiento rapidísimo para valorar en seguida, cosa que con el corzo es fundamental.
Allí donde los campos de avena sobrepasan el metro sesenta…
Es donde es casi imposible ver la cabeza de un corzo a lo que hay que sumar la dificultad para valorarlo. Sabido es que cuando una vez se han segado las parcelas de cereal la dificultad consiste en hacer la entrada, pues no tienes opción alguna…
Bien, pues es entonces cuando ‘Ojo de Azor’ me dice: «Es una hembra». «Es pequeño». «Ese vale». «¡Es un corzazo!».
A partir de entonces entra en marcha la forma de pensar o la estrategia a seguir para hacerle la entrada a nuestro corzo. Aunque no debemos pensar que es fácil, la presa es la que nos ha localizado primero, siendo nosotros los que debemos camuflarnos, no hacer ruido para ganar metros de forma que tengamos opción de tiro.
El resto… porro
…Es sencillo, se apunta y se dispara, dejando la consecución del trofeo en un punto y aparte.
Entonces es cuando tienes una experiencia más añadida a la memoria de los recechos venatorios, tendrás algo que contar cuando te reúnas con tus amigos para comer. Finalizarás el viaje con un sentimiento que te ha llenado el alma desde que partiste de tu casa.
Cuando llegue a casa recordaré el atardecer de los campos castellanos, dentro de una parcela de cereal, con sus claroscuros dignos de un cuadro de Sorolla, el pintor de la luz.
O recordaré cuando ‘Ojo de Azor’ me decía «en la siembra de arriba por encima de las matas de monte, ha salido un macho que nos puede valer».
Para finalizar, como no podía ser de otra forma, este relato va dedicado a ti, ‘Ojo de Azor’.
Después de la contundente manifestación del mundo de la caza y la celebración de Cinegética, los aficionados centramos nuestro objetivo en la especie reina del rececho de caza mayor: el corzo, ese animal que hoy está y mañana sigue estando, pero no se le ve.
Con su gran expansión, a pesar de que el común de los mortales no entendemos bien su alimentación, este pequeño ungulado, habitante de Eurasia, hace las delicias y la desesperanza de muchísimos cazadores.
Paso a paso tras el corzo
Un animal con un comportamiento tan extraño se convierte en un reto para el cazador, al tiempo que sus capturas siempre son mucho menores que las que necesita la especie para regularse y, por ello, cada año se mantiene una gran densidad poblacional.
Pero el aumento de población no significa el aumento de trofeos. A excepción de individuos muy determinados en lugares muy puntuales, los grandes corzos se consiguen de la mano de buenos gestores que, como los profesionales de Huntts, dedican su tiempo a cuidar y descubrir los mejores ejemplares para recechar.
Busca expertos en nuestra central de reservas y ¡prepárate el rececho del año!
Como es su costumbre, Rafael Centenera resuelve con maestría las claves del celo del corzo.
A lo largo de los años en que me he dedicado a la caza y gestión del corzo, me he encontrado con dos asuntos que generan debate nada más plantearlos. celo del corzo
Uno es el de la caza de hembras, tema en el que todos opinamos y la mayoría de las veces lo hacemos desde la víscera y no desde la cabeza.
Y el otro, es el de la caza en época de celo, asunto que no está ni mucho menos exento de polémica.
Como en todo lo que tocamos, los españolitos tendemos a exagerar y nos dejamos llevar muchas veces del sentimiento más que de la razón, con lo que tendemos a ver las cosas como nos gustarían que fueran y no como en realidad son. Yo el primero.
No hablaré en este artículo de la caza de hembras porque julio no es un mes para pensar o meditar sobre su gestión, me centraré en la caza de machos durante el celo. No sólo en su técnica, sino también sobre su conveniencia o no desde una visión libre de sentimiento, aunque eso sea complicado.
Los corzos son raritos hasta para la época en que tienen los amores
En primer lugar, hay que decir que los corzos son raritos hasta para la época en que tienen los amores.
Mientras que la mayoría de nuestras especies de cérvidos y demás fauna cinegética tienen el celo en los meses de septiembre, octubre y noviembre, de forma que las duraciones de las respectivas gestaciones dan lugar a partos en los meses de primavera, los corzos entran en celo en pleno verano.
Esto no cuadra con la duración del tiempo necesario para que un feto de una especie de ese tamaño llegue a término.
Con cuatro meses mal contados, la naturaleza tiene tiempo suficiente para engendrar un corcito de no más de kilo y medio de peso.
¿Por qué en julio? celo del corzo
Entonces, ¿por qué se produce el celo en julio y el embrión entra en la famosa diapausa hasta diciembre para ajustarse a ese plazo?
Pues lo cierto es que no existe un consenso sobre el motivo, pero parece ser que es una cuestión ligada la territorialidad y la estructura social de los corzos.
En efecto, un animal tan poco gregario como el corzo que defiende un territorio la mayor parte del año y no sólo en la época de celo, tiende a adelantar a lo largo de miles de años su ciclo de formación de cuerna hasta separar el mismo del momento inicial del celo, que debió de estar como en el resto de cérvidos en los meses otoñales.
Esto llevó a que el celo se adelantara con el ciclo de la cuerna y llegara a separarse más de dos meses del resto de ungulados.
¿Se debe aprovechar el celo para completar el cupo de machos? celo del corzo
Dicho esto, la segunda cosa que habría que mencionar antes de meternos en su caza, es la cuestión relativa a si se debe o no aprovechar este periodo para completar el cupo de machos.
La escasez de corzo en España hasta finales de los 80 ha hecho que nuestra gestión de la especie haya sido muy sui géneris, además, su aspecto frágil y lo novedoso de la especie desde el punto de vista cinegético, unido a un deseo de conseguir su expansión por métodos naturales, han conseguido que las diferentes administraciones tendieran a su sobreprotección, cosa que aún ocurre en muchas de ellas. (1).
Por un lado, la ausencia de una tradición de caza de la especie hizo que las normas que se aplicaban para su captura se basaran en reglamentaciones que nada tenían que ver con la especie, tales como la Directiva Europea sobre la Conservación de las Aves.
En efecto, «dado que el Pisuerga pasa por Valladolid», hubo quien aplicó la prohibición establecida de caza en época de celo del artículo 7 de la citada Directiva a los corzos, que de momento no vuelan ni tienen plumas, para ‘limitar’ su caza.
Han hecho falta unos cuantos años, y algún que otro recurso, para que se estableciera claramente que quien cierra la caza en celo lo hace porque le da la gana y no porque sea una exigencia de ‘Bruselas’.
De hecho, la caza en celo no es que esté autorizada en todo el rango europeo de la especie, es que es una verdadera tradición, mientras que aquí sigue sin poderse cazar en distintas autonomías. (1).
Es más sencillo atizar a un venado berreando que hacerlo con un corzo en celo
En gran medida esto se debe a la teoría de que su caza en celo supone una ventaja y un acto carente de ética e indecente al pillarlos en el momento en que más bajan la guardia.
Incluso hay quien argumenta que si matas un macho en celo estas dejando que entren a la reproducción machos más jóvenes y que eso es malo para la especie.
Es cierto que los corzos bajan la guardia en celo y que es más fácil verlos que en el mes de junio, que parece que se los tragara la tierra. Pero no es menos cierto que no nos rasgamos las vestiduras, y hablo sólo de los cazadores, cuando le metemos un balazo a un ‘pavo’ en plena berrea o a un macho montés encelado en noviembre.
Parece como si la ventaja de la caza del venado o la montés en celo fuera menos ventaja y me atrevería a decir que es al contrario, es más sencillo atizar a un venado berreando que hacerlo con un corzo en celo.
Los machos de corzo en abril no es que bajen la guardia, es que la tiran a la basura
Además, si la cuestión fuera la facilidad que nos ofrecen, habría que retirar primero el mes de abril, en que los machos no es que bajen la guardia, es que la tiran a la basura con tal de marcar un territorio. celo del corzo
En abril he visto a machos maduritos, de esos que luego no hay quien vea, venir como locos ladrando cuando he metido ruido en el monte en su territorio, o salir a descubierto cuando me ladraba otro macho desde el monte.
Y si por el contrario, el argumento que quieren usar es el de que matando un macho en celo dejamos que accedan a la reproducción machos jóvenes, tendría que decir que todos los machos que matamos desde que los territorios están fijados a finales de abril ‘dejan’ ese hueco a la entrada de machos jóvenes, ya que es más fácil que un corzo joven no territorial ocupe una vacante producida en mayo o junio que un macho adulto se anexione el territorio de su vecino muerto.
Eso sin contar que en una especie con una vida tan corta como la del corzo, la calidad y cantidad del esperma de una macho de un año puede ser suficiente como para que no nos preocupe el resultado de sus cópulas, puesto que con un año o con diez la carga genética es la misma.
Queda claro que muy en contra de la caza en celo no ando y que alguna que otra vez sí que les he buscado durante el mes de julio, así que intentaré dar algún consejo para que los que puedan saquen provecho de esta caza.
Cazando con la chicharra
En primer lugar, habría que decir que los machos bajan la guardia, pero no así sus hembras o las crías de éstas, por lo que la única ventaja competitiva que tenemos es que al menos se mueven.
Y es precisamente ese movimiento el que se revuelve contra el cazador en época de celo, al no fijarse los corzos donde uno los ve.
Muchas veces divisamos a la pareja en plena carrera y cuando queremos llegar a distancia de tiro, ya no están en donde los vimos o siguen moviéndose sin parar.
La característica del celo es la movilidad, así que tendremos que tomar decisiones en cuestión de segundos y no pensar mucho las cosas.
Claro que tendremos oportunidades de esas de manual en que el corzo y la corza están embelesados dando vueltas al único matorral de un inmenso prado y lo único que tendremos que hacer es esperar un descuido para atizarle, pero lo normal será verlos salir a la siembra o el claro el uno tras la otra y tal cual salen se esconden para no volver.
Los corzos en el celo se mueven a lo largo del día
La segunda ventaja es que en el celo se mueven a lo largo de todo el día.
Por supuesto, siguen concentrando sus esfuerzos en los momentos del alba y del ocaso, pero los calores les hacen andar en movimiento muchas más horas.
Además contamos con una ventaja adicional al menos en la España más seca, y es que necesitan reponer líquido lo que los lleva a entrar al agua.
Cuanto más calurosa sea la jornada antes pueden entrar a beber y no es raro que lo hagan a las cinco de la tarde cuando aun quedan unas cuantas horas de luz. Luego buscaran una lugar fresco y a esperar la tarde.
El ‘corro de cópula’ celo del corzo
Si en nuestras salidas encontramos un ‘corro de cópula’, que no es otra cosa que el surco en la hierba que dejan al perseguirse en el celo alrededor de un mato u obstáculo, puede rendir fruto realizar una espera en el mismo, puesto que los corzos son animales de costumbres y si «hoy te persigo aquí, mañana no andaré lejos».
Los reclamos
Respeto a los reclamos, tengo que reconocer que no he tenido mucho éxito en su uso. Sin olvidar que en la mayoría de nuestras comunidades autónomas están prohibidos, por no decir todas, su uso depara más insatisfacciones que alegrías.
No sólo hay que saber usar el butolo o el pito, también hay que saber dónde y cuando usarlo.
La teoría, que repito no he usado con mucho éxito, dice que lo primero que hay que hacer es no usarlo fuera de la época de celo para evitar ‘enseñar’ a los corzos que pito igual a hombre. Si nuestros corzos están oyendo piiiut, piiiut durante toda la temporada aprenderán que no hay que fiarse.
Así que el que quiera usarlo en el celo, debería abstenerse en su territorio de pitar cada vez que sale al campo.
Es cierto, que efectivo para atraer corzas paridas y zorros lo es en cantidad, ya que el pitido que emite una corza en celo y un corcino asustado son muy similares, más agudo el de la cría, y por ello muchos cazadores que usan el butolo durante mayo y junio ven como se les echan encima las hembras paridas.
No pocas veces el macho seguirá a su hembra y hecha la carambola, errada la conclusión.
Dónde y cómo usar el butolo celo del corzo
Respeto a dónde usarlo y cómo, habría que decir que el butolo es efectivo para atraer a un macho que no esté acompañado de una hembra caliente o que esté con una que haya salido del celo, y por ello atrae de forma preferente a corcitos del año con ganas de estrenarse más que a machos decentes.
Pero si buscamos lugares donde la espesura permita al corzo sentirse seguro y no empezamos a pitar nada más ponernos, puede ser que tengamos suerte.
Lo ideal es apoyarse en un árbol que nos cubra la espalda, esperar al menos 10 minutos sin hacer ruido para que cualquier macho que nos hubiera sentido llegar se olvide, realizar tres pitidos largos y esperar otro tanto.
Si sobrecargamos nuestra actuación no entrarán ni los zorros hambrientos, así que mucha paciencia. Pero a veces suena la flauta y nos entre un macho decente, dándonos una alegría.
Lo cierto es que una tarde calurosa de verano, a la vera de un agua, con las chicharras pidiendo tregua al calor y las moscas cebándose en nosotros, mientras la familia se solea en la piscina, es un reto que no todos los cazadores aguantan por muchas facilidades que nos den los corzos en celo, pero el mal de los corzos es así de inexplicable y de incurable.
Períodos hábiles para la caza del corzo 2022-2023.
A continuación les ofrecemos las fechas de apertura y cierre y otros datos para la caza del corzo en la temporada 2022-2023, de aquellas autonomías que ya lo han publicado o, en su defecto, de las que marcaron uno o varios períodos hábiles para esta temporada en la orden de vedas de la campaña 2021-2022.
Como hasta que no se publica la correspondiente orden de vedas sigue en vigor la anterior, y normalmente se publican después de la apertura de la caza del corzo, varias comunidades marcan en la orden de vedas de la temporada anterior al menos el primer plazo de caza del corzo para la siguiente.
En VERDE LAS FECHAS QUE YA SE CORRESPONDEN A LA TEMPORADA 2022-2023.
ANDALUCÍA
La orden por la que se fijan las vedas y periodos hábiles de caza en Andalucía para la temporada 2021-2022, estable como períodos para la caza del corzo:
–Del 10 de julio al 15 de agosto. Todos los días.
–Del 1 de marzo al 15 de abril. Todos los días.
Las batidas podrán realizarse en los cotos que las tengan aprobadas en sus planes técnicos de caza únicamente del 1 de marzo al 31 de marzo.
Aquellos cotos que han cumplido con los cupos previstos de la temporada anterior en el plan técnico de caza para las especies de caza mayor, ciervo, gamo y/o muflón, y establezcan y mantengan medidas efectivas para el control del cerdo asilvestrado, podrán solicitar la ampliación del rececho hasta el 31 de mayo.
Asimismo, se podrá realizar la caza a rececho de hembras para el control de poblaciones desde el 15 de noviembre hasta el 15 de enero.
Según la orden por la que se aprueba el Plan General de Caza en Aragón para la temporada 2021-2022, las fechas para la caza del corzo son las siguientes:
+Machos y hembras en batida al jabalí: desde el tercer domingo de septiembre a cuarto domingo de febrero.
+Rececho, al rastro y esperas:
–Términos municipales referidos en el Anexo V: machos y hembras de 1 de marzo a 15 de noviembre.
–Resto de Aragón fuera del Anexo V:
Corzos machos: 1 de abril a 15 de noviembre.
Corzas hembras: del 15 de septiembre a cuarto domingo de febrero
Según la orden que regula la caza en Cantabria (excepto en la RRC Saja) para la temporada 2021-2022, los períodos para la caza del corzo son:
a) Rececho de machos. Del 1 de abril al 31 de julio de 2021, ambos incluidos, y del 1 de septiembre al 30 de septiembre de 2021, ambos incluidos.
b) Batidas y recechos de hembras. Del 15 de enero al 15 de febrero de 2022, ambos incluidos.
En el borrador de la orden que regula la práctica de la caza en la temporada 2022/2023 en Cantabria, excepto RRC Saja, se mantienen exactamente las mismas fechas de caza para 2022 y 2023 respectivamente.
La orden de vedas de la temporada 2021-2022, marca también el segundo periodo para la caza del corzo macho:
-Corzo macho. Desde el 1 de abril de al 31 de julio. Modalidades: rececho, aguardo o espera en horario diurno. Autorizado hembras si se contempla en el POC aprobado.
La orden de vedas de la temporada 2021-2022, marca el primer periodo para la caza del corzo macho y para las corzas:
-Corzo macho. Del 1 al 30 de septiembre. Modalidades: rececho, aguardo o espera en horario diurno. Autorizado hembras si se contempla en el POC aprobado.
-Corzo hembra. Desde el 1 de diciembre al 21 de febrero. Según POC aprobado.
Según la LEY 9/2019, de 28 de marzo, de modificación de la Ley 4/1996, de 12 de julio, de Caza en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, marca los siguientes períodos hábiles para la caza del corzo:
–Corzo: Para ambos sexos, desde el 1 de abril hasta el primer domingo de agosto, y desde el 1 de septiembre hasta el segundo domingo de octubre.
Además, las hembras también podrán cazarse desde el 1 de enero hasta el cuarto domingo de febrero.
Actualmente está en vigor el Plan General de Caza de Castilla y León para la temporada 2021-2022, cuando se publique el Plan General para la temporada 2022-2023 cabe la posibilidad que alguna de las fechas posteriores a la publicación de dicho Plan General puedan variar.
Según la resolución que fija los períodos hábiles de caza para la temporada 2022-2023 en Cataluña, se marcan los siguientes períodos hábiles para la caza del corzo:
–El periodo hábil es:
Entre el primer domingo de abril de 2022 (día 3) y el tercer domingo de agosto de 2022 (día 21), exclusivamente para machos y con los métodos de aguardo o rececho.
Entre el primer domingo de septiembre de 2022 (día 3) y el último domingo de noviembre de 2022 (día 27), ambos sexos y con cualquier método.
Y entre el primer domingo de enero de 2023 (día 1) y el último domingo de marzo de 2023 (día 26), exclusivamente para hembras y con cualquier método.
Según la orden que regula los periodos hábiles de caza en la Comunidad de Madrid para la temporada 2021-2022 se fija como primer periodo para la caza del corzo:
–Desde el día 1 de abril hasta el día 31 de julio para machos de corzo.
La citada orden también marca el segundo período para la caza del corzo (que para 2022-2023 marcará la preceptiva orden de la la temporada 22-23):
–Desde el día 1 de septiembre al 15 de octubre de 2021, ambos incluidos, para machos y hembras de corzo.
Según se indica en la orden foral que regula los períodos hábiles de caza en la Comunidad Foral de Navarra de la temporada 2021-2022, se establece como segundo período para la caza del corzo:
–2. Desde el 1 de abril hasta el 31 de julio de 2022 se podrá cazar a rececho, todos los días, los ejemplares machos asignados en el cupo del Plan de Ordenación Cinegética, así como los corzos machos no abatidos en las modalidades autorizadas hasta el 27 de febrero.
También podrán abatirse, en este periodo, machos, hembras y crías únicamente en aquellos acotados que, por riesgo de daños, tengan asignados brazaletes neutros en los que no se especifica su sexo ni la edad del ejemplar.
Los resguardos de los brazaletes utilizados y los brazaletes no utilizados, deberán entregarse en las oficinas del Desarrollo Rural y Medio Ambiente, antes del 1 de septiembre de 2022.
El primer periodo para la caza del corzo lo fija orden foral que regula los períodos hábiles de caza en la Comunidad Foral de Navarra de la temporada 2021-2022:
–1. Se autoriza la caza del corzo en batida y montería desde el 15 de agosto de 2021 hasta el 27 de febrero de 2022, los jueves, sábados, domingos y festivos de carácter nacional, foral o local.
Los cupos serán los determinados en el correspondiente Plan de Ordenación Cinegética.
Los períodos hábiles de caza en los cotos de la Comunidad Valenciana se regulan por las directrices de ordenación cinegética de la Comunidad Valenciana; los planes técnicos de ordenación cinegética; y las memorias y planes anuales de gestión.
EXTREMADURA
La Orden General de Vedas de Extremadura de la temporada 2020-2021 se ha prorrogado para la temporada 2022-2023.
Por lo que los periodos para la caza del corzo son:
–Recechos, tanto ordinarios como de gestión, en las partes abiertas de los cotos: desde 1 de abril al 31 de julio.
–Recechos, tanto ordinarios como de gestión, en las partes cerradas de los cotos privados de caza: desde 1 de abril al 30 de septiembre.
En la resolución que regula los períodos hábiles de caza en Galicia 2021-2022, figura:
–Los terrenos bajo régimen cinegético especial, se podrán los machos de corzo cazar mediante la modalidad de rececho, desde el 1 de abril hasta el 31 de julio de 2022, en cualquier día de la semana.
La resolución que regula los períodos hábiles de caza en Galicia 2021-2022, se marcan los siguientes períodos y normas para la caza del corzo para 2021 y 2022, para las fechas en 2022 y 2023 habrá que esperar a la resolución de la temporada 2022-2023:
–En los terrenos bajo régimen cinegético común, con autorización del servicio provincial de Patrimonio Natural correspondiente, se permite la caza de machos adultos desde el 21 de agosto hasta el 16 de octubre de 2021, en las modalidades de batida, montería y rececho, los sábados, excepto los recechos que podrán ser todos los días.
–En los terrenos bajo régimen cinegético especial, se podrán cazar los machos adultos de corzo desde el 21 de agosto hasta el 16 de octubre de 2021, en las modalidades de batida y montería, los sábados, domingos y festivos, y cualquier día de la semana en el caso de los recechos.
–Con carácter general, se prohíbe el aprovechamiento cinegético de las hembras de corzo.
No obstante se permitirá su caza puntual y localizada como consecuencia de los daños que puedan ocasionar, de acuerdo con lo establecido en el artículo 13 de esta resolución.
La orden de vedas de La Rioja 2021-2022 marca los siguientes periodos de caza del corzo a rececho para la temporada 2022-2023:
–La caza en rececho de corzo macho podrá ser autorizada, todos los días, desde el viernes 8 de abril del 2022 hasta el domingo 7 de agosto del 2022.
–La caza en rececho de corzo hembra, podrá ser autorizada, todos los días, entre el martes 15 de marzo de 2022 y el sábado 30 de abril de 2022, y del lunes 13 de septiembre al viernes 24 de septiembre de 2022, ambos inclusive.
La orden de vedas de La Rioja 2021-2022 marca los siguientes periodos de caza del corzo en batida:
–La caza de corzo en batida podrá autorizarse entre el sábado 4 de septiembre de 2021 hasta el domingo 26 de noviembre de 2021, ambos inclusive, los sábados, domingos y festivos de ámbito estatal o autonómico, ambos inclusive.
–Las batidas de corzo aprobadas en el plan técnico de caza de cada acotado deberán realizarse en el período habilitado en esta Orden para este tipo de cacería, no autorizándose su ejecución fuera de ese período y dándose como pérdidas.
La orden foral que fija los períodos hábiles y las condiciones de caza en Guipúzcoa para la temporada 2021-2022, marca en general para la caza mayor:
a) Especies autorizadas: jabalí (Sus scrofa) y corzo (Capreolus capreolus).
b) Período hábil. El comprendido entre el 1 de septiembre de 2021 y el 10 de abril de 2022, ambos inclusive, siendo los días hábiles los jueves, sábados, domingos y festivos.
c) La caza del jabalí y del corzo se practicará en las Zonas de Caza Controlada declaradas, con arreglo a lo indicado en el plan cinegético correspondiente.
La orden foral regula la práctica de la caza en Vizcaya para la temporada 2021-2022, específica para el corzo:
–El periodo hábil para la caza de corzo macho a rececho estará comprendido entre el 15 de abril y el 30 de junio de 2022. Durante este periodo serán hábiles todos los días de la semana.
–La caza de corzos hembras se realizará desde el 15 de noviembre de 2021 hasta el 31 de enero de 2022.
La caza a rececho en la comarca de Encartaciones se realizará con auxilio de guía.
La adjudicación de permisos se efectuará mediante sorteo. Junto con el modelo oficial de solicitud, se facilitarán las normas que regulan esta modalidad de caza, así como el importe a abonar.
La caza a rececho en zonas de caza controlada estará sujeta a lo recogido en sus respectivos planes técnicos de ordenación cinegética.
PRINCIPADO DE ASTURIAS
Según se establece en la resolución por la que se aprueba la Disposición General de Vedas del Principado de Asturias 2022-2023, se fijan los siguientes períodos para la caza del corzo macho:
–Corzo macho a rececho: desde el 1 de abril de 2022 hasta el 30 de junio de 2022; y desde el 1 de septiembre de 2022 hasta el 31 de octubre de 2022. Todos los días serán hábiles.
–Corzo macho en batida: desde el 1 de septiembre de 2022 hasta el 31 de octubre de 2022. Días hábiles: jueves, sábados, domingos y festivos.
La orden que fija los períodos hábiles de caza para la temporada 2021-2022 marca las siguientes normas para la caza del corzo:
–Ciervo, cabra montés y corzo, en los terrenos cinegéticos que ostenten la condición jurídica de coto de caza mayor o de caza menor de más de 500 hectáreas que hubiesen abonado el complemento correspondiente de la matrícula anual.
–En las modalidades de gancho y batida se podrán abatir las siguientes especies: muflón, gamo, jabalí, corzo, arruí y zorro.
El período hábil son todos los días, desde el 5 de septiembre de 2021 hasta el 13 de febrero de 2022, ambos inclusive.
–Muflón, gamo, corzo y arruí mediante rececho, desde el 1 de mayo de 2021, hasta el 13 de febrero de 2022, ambos inclusive.
primavera Récord de España de macho montés del año 2021. primavera
Tiempo de machos monteses con Cabezas SC, ¡anímate y caza tu macho montés de Gredos esta primavera!
Sin duda alguna, en España contamos con una de las especies más bonitas de cazar como es el macho montés de nuestra querida sierra de Gredos, sierra en la que, sin desmerecer a otras de las que también podemos disfrutar en España, es de las más emblematicas a nivel internacional.
Gredos es ese paraíso que todo cazador debe de conocer al menos una vez en la vida, la belleza de todos sus recónditos lugares, gargantas, arroyos y entorno es un auténtico paraíso para todos aquellos que amamos la caza en estado puro.
Desde hace muchos años venimos cazando en la parte extremeña de Gredos en la que hemos obtenido innumerables éxitos y compartidas muchas inolvidables jornadas en compañía de muchos cazadores, habiendo conseguido varios de los trofeos más importantes del ranking nacional, ¡el último de ellos el récord de España de esta temporada!
Últimos permisos para esta temporada primavera
La primavera es uno de los grandes momentos en los que poder disfrutar de un bonito rececho de macho montés; la sierra está verde y florecida; las gargantas bajan desde los picos más altos, rebosando agua, siendo una preciosa estampa privameral; las temperaturas son cálidas y hacen de los recechos días maravillosos.
Por eso, entre estos y otros muchos motivos, para mí los meses de abril y mayo son magníficos para poder disfrutar de un bonito rececho de macho montés en Gredos, así como disfrutar de sus pueblos, sus gentes, su gastronomía y, sobre todo, su gran belleza privameral.
Aún estás a tiempo de poder cazar tu macho montés esta primavera, ¡¡te esperamos!!
Reserva ya tu rececho de macho montés para esta temporada y vive una inolvidable jornada de caza en la Sierra de Gredos.
Santiago Lumbreras con el corzo peculiar, majestuoso, imponente, enorme…, cazado con su organización, Agrocinegética Los Morachos.
El máximo responsable de Agrocinegética Los Morachos, Santiago Lumbreras, narra el lance de este corzo peculiar, majestuoso, imponente, enorme…
Un trofeo con un grosor y rosetas excepcionales, y con tres puntas delanteras en la cuerna derecha, de ahí su peculiaridad.
Como acompañe el peso, ojo a la puntuación final, puede irse al cielo. Les mantendremos informados.
Una ‘locura de animal’
Tras una mañana larga haciendo entradas buscando un gran macho oro, divísanos a unos 900 metros un precioso ejemplar que se ajustaba a lo que el cliente estaba buscando.
Realizamos una bonita entrada durante más de una hora. Cruzando siembras y al resguardo de algunos chaparros, pudimos ponernos a 170 metros del corzo.
La sorpresa fue cuando ya estábamos tumbados en el suelo intentando meter al corzo en el visor, cuando, de repente, asomó del monte una ‘locura de animal’…
¡Recechábamos al hijo y salió el padre!…
Corregimos posición y, sin duda, lo que veíamos por la lente y los prismáticos era tan majestuoso e imponente que se notaron los nervios en el ambiente.
Tres minutos interminables esperando a que se cruzara el corzo para tener una mejor posición de tiro…
Un rifle Bergara B14 en calibre .270 Win montado con un visor Swarovski Z6 hicieron el resto.
José María Losa midiendo el formidable trofeo de macho montés de Gredos.
José María Losa en su condición de maestro medidor del Safari Club Internacional (SCI), además de presidente del SCI Iberian Chapter, ha medido recientemente un macho montés formidable.
En su Record Book, el SCI denomina como ‘Gredos ibex’ a los machos monteses de la subespecie Capra pyrenaica victoriae, ya sean de la propia Sierra de Gredos, Las Batuecas, Riaño…
Este ejemplar en concreto se cazó en la Sierra de Gredos.
El macho montés se mide por el Método 1, donde la puntuación total resulta de la suma de la longitud de ambos cuernos y de la ‘circunferencia’ de ambas bases.
¡Más de un metro diez de longitud media!
Las mediadas, que se toman en pulgadas («), de este trofeo han sido de 43 7/8″ de longitud de cuerno izquierdo, 43 7/8″ del derecho, mientras que la circunferencia de las bases ha sido de 9 7/8″ el cuerno izquierdo y 10 0/8″ el derecho.
La increíble puntuación final de 107 2/8″ supera al que parecía imbatible récord actual, cazado en Riaño en 2012, y que tiene 106 7/8».
El actual número 2 del escalafón del Record Book –también de Riaño– tiene 101 7/8″.
Si lo pasamos las medidas al sistema métrico decimal, ¡ambos cuernos tienen una longitud superior a un metro y diez centímetros, en concreto 110,5 cm el izquierdo y 111,4 el derecho.
Mientras que las circunferencias en las bases son de 25 cm –izquierdo– y 25,4 cm –derecho–.
Por lo tanto, estamos, sin duda alguna, ante el mejor ‘Gredos ibex’ del SCI Record Book.
Y se puede considerar, sin temor a equivocarnos, como un récord de macho montés de Gredos en el amplio sentido de la palabra récord.
Un sueño cumplido es un delicioso relato de la localización y caza de un esquivo y enorme corzo.
Dos largos meses han pasado desde la primera vez que te vi, recuerdo que fue un encuentro fugaz, en el que no tuve suficiente tiempo para observarte bien antes de que desaparecieras en el monte.
Tiempo después, y sabiendo que me podías dar una alegría, seguí buscándote y me obsesioné contigo. Muchas noches pensando en cómo podía acceder a tus sitios de querencia y tus diferentes encames, tenía la estrategia perfecta, cada vez que lo pensaba, lo veía más claro. ¡No hay fallo, es un plan perfecto!
Pues nada más lejos de la realidad que, durante la primera quincena de abril, desapareciste por completo, no lograba entender qué había pasado. Mi cabeza rondaba dos opciones, que te hubieran echado del territorio (bastante dudoso) o que alguien hubiese acabado contigo…
Todo cambió el 16 de abril, pero… y caza
Pero todo cambió el 16 de abril, 7:30 de la mañana y, cabezón de mí, fui a donde sabía que tenías la querencia y, como siempre, unas corzas y un macho joven comiendo. De repente, ahí estabas tú, a 50 metros de ellos, detrás de una zarza tu larga cuerna te había delatado. En ese momento se aceleraron mis pulsaciones.
Eso pasó factura, y pese a tenerte 200 metros, erré el disparo y no dudaste ni un segundo en salir corriendo. Mi mente estaba destrozada, había desperdiciado una oportunidad que ni yo creía, aunque por otro lado, estaba contento de saber que aún seguías ahí.
Y otra vez el 29, pero esta vez fue el aire y caza
Después de unos días sin volver a verte, el 29 de abril volviste a aparecer. Esta vez sabía que no podía cometer el mismo error. Sabiendo de tu querencia y pese a verte comiendo en la siembra, decidí esperar a que volvieras a tu sitio de encame.
Las pulsaciones otra vez aceleradas, ya con todo preparado, poco a poco ibas cambiando el rumbo para llegar hasta el sitio en el que el disparo sería certero. En ese momento fue en el que el aire cambió y tus aliadas me delataron, no tardaste mucho en salir corriendo y no hubo, por tu parte, intención de parar.
Un corzo magnífico en todos los aspectos.
5 de mayo: «vi como te levantabas, tus orejas señalaban hacia mí…» y
No daba crédito, pero sabía que debía enmendar ese golpe de mala suerte y volver a por ti en unos días. Y así fue, el día 5 de mayo decidí volver a por ti, esta vez con un cambio de estrategia. Aparecí en tus dominios a las 11:30, cosa que al estar encamado tanto tú como tu grupo, me facilitó mucho poder hacer una entrada.
Aun así sabía que no lo podías poner fácil, y tras localizar a tus acompañantes, seguías sin dar la cara. Sabía que tenías que estar por ahí cerca, y efectivamente, vi como te levantabas, tus orejas señalaban hacia mí. En ese momento, sabía que no ibas a tardar mucho en desplazarte, así que decidí apretar el gatillo.
Tras el estruendoso disparo, me invadió la incertidumbre, ¿quizás los nervios me han vuelto a jugar una mala pasada? Me levanto, recojo todo y me pongo en marcha con Arco, cada paso era una sensación diferente, mi cabeza se quería convencer de que el disparo había sido certero, pero otra parte de mi pensaba que había fallado.
Manuel y Arco con el esquivo y gran corzo.
Como siempre, ahí está Arcoy caza
En ese momento de nervios perdí la referencia, llegué a donde creía que había sido y no vi nada. Aunque como siempre, ahí está Arco, y vi como giraba el rumbo 90 grados y, ¡ahí estaba! Teníamos al corzo sin vida a 10 metros.
Un sueño cumplido.
No podía creerlo, lo había logrado, por fin he podido dar caza al corzo que me quitó el sueño durante muchas noches. No podría explicar los sentimientos en ese momento, simplemente me senté con Arco al lado del corzo y disfrutamos unos minutos de felicidad.
Antes de que comenzara la epidemia de sarna en la zona, fuimos a grabar a Mula, localidad murciana situada en la comarca que cruza el río del mismo nombre.
Gestionado por la Sociedad de Cazadores ‘El jabalí’, es un coto emblemático, al estar situado en el macizo de Sierra Espuña, donde se encuentra la Reserva Regional de Caza de Sierra Espuña.
Dentro de este coto se practican modalidades muy diversas de caza, entre las que se encuentran el rececho de arruí que es el que en esta ocasión vamos a desarrollar.
Acompañamos en esta ocasión al socio Antonio Navarro, quien intentará el tiro a una hembra de arruí con arco, y a Ricardo que, rifle en mano, buscará hacerse con un bonito macho de esta especie.
Un documental para los amantes de la caza a rececho esta vez en la Sierra Espuña, disfrutando dos jornadas de caza entre flechas y balas.
CONTACTO CON COTO PRIVADO CLUB DE CAZA
Rubén: +34 655 34 90 33 / Pedro: +34 661 533 663
Si deseas puedes unirte a este club, esta es su página web:
Porfolio corcero de la jovencísima María José Jiménez, in memoriam de su abuelo Pedro.
Vídeo de uno de los lances
Juan José Jiménez Morandeira tomó la afición de su padre, don Pedro Jiménez Nadales, y a su vez se la transmitió a su hija María José Jiménez Fernández.
Hay relevo, al menos en la saga de los Jiménez, pero además magnífico relevo.
A sus 17 años, María José no es una promesa de la cinegética, es una realidad. Ya juega en la selección absoluta.
¡¡¡Cómo tira!!!
Pero don Pedro le transmitió a su hijo algo más importante que la afición a la caza, la bonhomía.
Bonhomía que según la RAE es «afabilidad, sencillez, bondaz y honradez en el carácter y en el comportamiento».
Es la misma afabilidad, sencillez, bondaz y honradez que le ha llegado a la joven a través su padre y, por tanto, de su abuelo también. Maravilloso legado, un tesoro de incalculable valor.
Aunque ella añade de su parte, tanto en lo personal como en lo cinegético.
Los Jiménez, María José y Juan José, un emocionado tándem de lujo.
Desde el cielo
Están muy tristes los Jiménez, hace tres meses don Pedro se marchó.
Se marchó al cielo.
Y Juan José y María José quisieron rendirle el mejor homenaje que podían en su cotos de Burgos norte, tan lejos de sus predios malacitanos.
Una vez utilizados los precintos que tienen comprometidos con sus amigos, padre e hija se dispusieron a gastar los restantes.
Porfolio corcero de María José Jiménez, in memoriam de su abuelo Pedro
Un orgulloso padre ejerciendo de guía, una hija certera con un Blaser R 93 del calibre .308 Win, montando un visor Swarovski Z8i 2,3-18×56.
Ambos mirando de continúo hacia arriba.
A veces acompañados por su amigo Juanjo, que es uno de los cazadores cántabros que no se pierde las batidas jabalineras de Almogía.
Rubén del Sol cambió en esta ocasión el visor de la cámara por el visor del rifle.
Rubén del Sol esta vez con el visor de la cámara.
De videógrafo cinegético a cazador
Son muchos los días que llevamos de caza, pero con la cámara acuestas cuestas
Siempre he dicho que para entender o poder sacar de ti el mejor partido como videógrafo cinegético has de ser cazador, haberlo sido o apasionarte este mundo.
El rececho del corzo a través del visor: «Pero… ¿y ese corzo, de dónde ha salido?»
Después de muchos días y jornadas de caza tras el visor de la cámara, esta vez nos vamos hasta terrenos de La Bañeza, León, pero con el visor del rifle.
Recientemente, y por tanto con poca experiencia, descubrimos el apasionante mundo del rececho del corzo.
Ese que llaman el duende del bosque, pues aparece y desaparece como sin darte cuenta.
«Pero… ¿y ese corzo, de dónde ha salido?». Y así que apoyo el rifle en el trípode, ni que decir tiene que no estoy acostumbrado pues lo mío no es la cruz del visor del rifle, lo mío es el visor de la cámara donde lo único que te estorba es la imagen del animal o alguna rama que te desenfoque.
Así pasó, me apoyé, apunté como pude y fallé como es normal
La caza y sus momentos
La expedición era básicamente para grabar el rececho de un amigo, Alejandro González, y disfrutar sin duda de un buen fin de semana.
Pero la caza son momentos y no solo es apretar gatillo o darle al ‘rec’ de la cámara.
Llegamos a La Bañeza y para nuestra sorpresa había una feria de quesos y embutidos, un buen prólogo para coger fuerzas y saborear productos de la zona que son desconocidos para dos extremeños.
Extraordinaria la puesta de sol en esta plaza con la feria y la iglesia. Qué decir de momentos así y si además eres apasionado de la fotografía, un gran recuerdo.
Julián, a la derecha, en la grabación de otra cacería.
El corzo de las rosetas de golf
Como ya relaté anteriormente, tras fallar un corzo, podemos ver cómo, ya con poca luz, nos entra otro que con la tranquilidad de la zona y las últimas luces no se percata de nuestra presencia.
Esta vez le dije a Julián Domínguez, organizador del rececho, «prefiero tumbarme en el suelo o apoyar el rifle en el macuto puesto en una piedra… quiero intentar no fallarlo y que la cruz con los nervios no se mueva como un acordeón».
En una piedra cercana colocamos el morral… El momento de tener el animal metido en la cruz cambia al visor de la cámara, esta vez sabes que el que aprieta el gatillo eres tú y no el que le da al ‘rec’. La presión la tienes tú y sabes que tú eres el protagonista de tu propia historia.
Un cazador satisfecho, no es para menor con un corzo con esas rosetas.
Amartillo, quito seguro y… ¡pum!… ¿qué ha pasado? El corzo despareció, pero uno que ya lleva tantos tiros oídos, me dio la sensación que el corzo estaba bien pegado, así lo dije y, efectivamente, ahí estaba, en el sitio, con la poca luz nos dio la sensación que al tiro desapareció.
Al llegar al corzo, sorpresa, tenía unas espectaculares rosetas, como pelotas de golf, a mí me pareció un trofeo magnífico.
Es extraño que esta vez no era yo el que inmortaliza el momento, sería yo el fotografiado.
Es extraño que esta vez no era yo el que inmortaliza el momento, sería yo el fotografiado.
Seguiremos grabando sin parar, pero en esta ocasión la película ha quedado grabada en mi retina y mi memoria para siempre, disfrutando con amigos un lance para revivir.
La caza muchas veces no es el simple hecho de cazar, es el hecho de estar cazando.
Manuel García-Baquero, máximo responsable de Expediciones de Caza El Vaquero, con uno de los corzos cobrados en el periplo por el norte.
Dando el pistoletazo de salida el pasado 1 de abril, la joven organización Expediciones de Caza El Vaquero organizó varias jornadas de caza tras los duendes del bosque en diferentes partes del norte del país.
Con Manuel García-Baquero al frente del equipo, Expediciones de Caza El Vaquero ofrece un amplio abanico de recechos y posibilidades adaptadas a las necesidades del cazador.
Aunque estos primeros recechos fueron con amigos del jovencísimo organizador, pero ya con sobrada experiencia.
Recechando corzos por el norte.Algunos de los corzos cobrados con la joven organización.
Muchos corzos
En esta ocasión han sido varias salidas tras los corzos, las cuales han sido en su mayoría un éxito, dando lugar a numerosos lances, entradas y cantidad de animales divisados.
En su totalidad han sido corzos bonitos, sin llegar al metal ninguno.
«Hemos estado por tierras vascas y burgalesas en cotos que llevamos gestionando desde hace varios años para la caza de este cérvido que tanto nos gusta», comenta Manuel.
Con su merecido homenaje en la mesa, carne cuanto menos de primera calidad que bien cocinada es una auténtica exquisitez.
En este ‘De corzos en el páramo’ hasta la música de Enrique Granados acompaña a las imágenes y al cuidado guión…
Primera salida: iniciado mayo
Iniciado mayo Pablo realiza su primera salida, acompañado tan solo por Blitz, su perro, «por aquellas perdidas inmensidades».
No faltan los continuos apuntes ornitológicos, referencias justas y en su momento.
La ventosa mañana ofrece «un animal joven y con futuro que merece aún unos años de campo más», una corza y… Tras dejar a Blitz al abrigo del fuerte viento, el autor se dirige a una vaguada que es «muy querenciosa para los corzos»…
Después de un zorro, una corza y una corzuela, por fin aparece otro macho que, aunque adulto, parece que no encaja en lo que busca Pablo, aunque a este no le dio tiempo a juzgarlo bien.
Varias semanas después: «junio es el mayo de las tierras altas de la meseta»
Tras ver un macho de perdiz, una corza y su corcino, Blitz localiza un corzo a más de 300 metros de distancia.
El autor debe acercarse más para juzgarlo correctamente, comprobando que es un «macho adulto, pero no viejo, un animal en plenitud al que corresponde permanecer en el campo al menos hasta el próximo celo».
Tras la tormenta: finales de julio
Tras una tormenta de finales de julio, con un par de horas de luz por delante, Ortega intenta añadir algún corzo más a los que ya tiene localizados, pues espera la inminente llegada de dos amigos alemanes.
Como ya deben estar los corzos en celo, Pablo se decanta por reclamar.
Lejos localiza un macho en busca de hembras, el corzo al fin encuentra una. Ante el comportamiento de la pareja, indudablemente están en celo.
Como mandan los cánones, hace el reclamo del corcino, intentando atraer a la hembra y que tras ella llegue el macho.
La pareja se horquilla, y tras dudar, acuden a la llamada con recelo.
Súbitamente el corzo cambia de rumbo, y el autor cambia a la vez al reclamo de queja de una hembra acosada por un macho. El corzo, guiado por su instinto territorial, acude franco a la llamada.
Aún en la penumbra, pero con el corzo a 50 metros, Pablo puede determinar que se trata de un macho joven, pero con una peculiaridad en su cuerna.
Todo está en los libros
Una vez en casa el autor acude a su biblioteca.
Y, efectivamente, «como creía recordar, distintos autores relacionan la forma de cuerna de ese corzo, oscura, porosa y retorcida, como si fuera una raíz de brezo, muy inhabitual en estas tierras sorianas, con la presencia de parásitos en el hígado».
Esa será una buena razón, la curiosidad científica, para intentar su caza en los próximos días y comprobar tales teorías.
Recechando con Armin
Con muy poca luz, Pablo se acercó con su amigo alemán Armin al lugar donde localizó al corzo pretendido.
Una corza delata su presencia, Armin maestro en el reclamo, se esmera en este arte, una pareja de corzos, de la que el macho era sin duda el que se pretendía cazar, se acercan, pero el crepúsculo se hace patente, y aunque Armin cambia la técnica de reclamo, nada más entra.
El crepúsculo en el alto páramo castellano impactó a los cazadores centroeuropeos.
Sin pérdida de tiempo
Noche corta. Casi sin luz ya está la partida preparada en el campo para llegar al territorio ‘del de la cuerna peculiar’.
Tras la salida del sol saludada por las codornices a coro, Armin comienza a reclamar.
Tras varias llamadas infructuosas, «entonces, algo parece moverse a lo lejos».
El corzo deseado para la primera cacería aparece tras una corza.
Los animales desaparecen a la carrera hacía un barranco, «no hay tiempo que perder».
«Ahora o nunca»
Pablo, como conocedor del terreno, dirige la entrada, al asomar ven al macho dirigirse al fondo del vallejo. Cuando ya no pueden asomarse más sin ser vistos, Armin se tiene que arrastrar unos metros en busca de posición de tiro y esperar…
Entonces, desde la propia ladera donde estaban los cazadores salen los corzos al otro lado del barranco… Armin no puede disparar por culpa de unas hierbas que le molestan.
Con temple espera su momento, al tiro, «el corzo acusa el balazo y arranca la carrera en una de esas inconfundibles de muerte».
Silencio, comienza a sonar el piano de la Danza Española. Enseguida, Ortega narra como dos corzas desaparecen del escenario sin haberse percatado de nada, dejan que se vayan, el piano vuelve a ser protagonista.
Ritual y comprobación
Tras marcar el trofeo del corzo cazado con el correspondiente precinto, los cazadores realizan la tradicional ceremonia centro europea de felicitación al cazador y homenaje a la pieza abatida.
Aprovechamiento de la carne y preparación del trofeo.
«En Alemania, anónimo entre docenas de cuernas de animales cazados en sus jugosos prados y umbríos bosques, cuelga hoy el trofeo de un corzo del alto y duro páramo castellano, un corzo cuyo hígado vino finalmente a confirmar que los libros tenían razón».
Concluye Pablo Ortega Martín.
Imágenes, texto, sonido, locución y montaje del vídeo de Pablo Ortega Martín
Arruís en la Sierra de Aitana. Disparos a larga distancia con el Zeiss V8 y la munición Geco.
Interesantísimos los contenidos de canal de YouTube de Excopesa (Excopesa Media) donde pueden encontrar el excelente ‘Arruís en las Sierra de Aitana. Disparos a larga distancia con el Zeiss V8’, de Antonio Adán.
Vídeo ‘Arruís en las Sierra de Aitana. Disparos a larga distancia con el Zeiss V8’
Tras los duros y esquivos arruís en la Sierra de Aitana con el Zeiss V8
«Viajamos hasta una de las sierras más duras y agrestes de nuestro país, la Sierra de Aitana.
Este conjunto montañoso que forma parte del sistema Prebético, se encuadrada en el norte de la provincia de Alicante, y es la morada habitual de una de las especies de venatorias más desconocidas, pero apasionantes de España.
El arruí o carnero de Berbería (Ammotragus lervia) es un bóvido de la subfamilia Caprinae nativo de las zonas rocosas del Sáhara y el Sahel y que fue introducido en España el siglo pasado.
Un animal duro y esquivo que convierte su caza a rececho en jornadas complejas pero divertidas por los montes más intrincados.
En esta ocasión, grabamos para la serie ‘Zeiss, la mirada del cazador’ de Cazavisión, y aprovechamos para poner a prueba, en disparos a larga distancia, los nuevos visores Zeiss V8 de 30 mm.
Ayudados con las municiones Geco Express y con nuestro amigo Kasi Calatayud, disfrutamos de unas jornadas inolvidables por el interior de Alicante.»
‘Recechando’: una entrañable novela donde se habla de cosas de caza
«Querido lector:
En este libro no he pretendido describir cómo es esta modalidad de caza mayor, porque creo que esto les corresponde hacerlo a aquellos cazadores experimentados que llevan toda su vida practicándola y saben mucho más que nadie sobre ella.
Tampoco te voy a contar grandes anécdotas de caza, también porque estoy convencido que cada cazador tiene las suyas propias y, como no podría ser de otra forma, son únicas e inmejorables cuando se comparan con cualquier otra.
Lo que deseo contarte aquí son las conversaciones entre un padre y un hijo adolescente desde que comenzamos a cazar hace ya algunos años por las intrincadas sierras que surcan la geografía de España.
Las innumerables jornadas de caza que hemos pasado juntos nos han servido para forjar una fortísima relación entre nosotros, de la cual me siento especialmente orgulloso, y creo sinceramente que sin esas jornadas hubiera sido mucho más difícil estrechar esos lazos debido a los rápidos tiempos que corren hoy en día.
Pasados ya varios años desde que iniciamos nuestra andadura cinegética todavía seguimos saliendo juntos a cazar y puedo decirte que después de una de esas jornadas siempre intercambiamos nuestros puntos de vista sobre la experiencia que hemos vivido y transcurrido el tiempo las seguimos recordando con agrado y compartiéndolas con nuestros amigos.
Amigo lector, con estas páginas pretendo también compartir contigo esas experiencias que a nosotros nos han resultado tan satisfactorias.
En resumen, si tuviera que describir este libro en pocas palabras, te diría que lo que tienes entre las manos no es un libro de caza, sino una entrañable novela donde se habla de cosas de la caza».
Recechando de Javier Rivera Redondo
Sobre Javier Rivera Redondo
Javier Rivera Redondo (Oviedo, 1956) es médico de profesión.
Durante su larga vida profesional ha trabajado sobre todo atendiendo a enfermos, pero también investigando y publicando numerosos trabajos científicos sobre sus observaciones, varios libros de contenido técnico y más de un centenar de artículos de divulgación científica que le han aportado una gran experiencia como escritor.
Esta es su primera novela fuera del ámbito de la Medicina, pero dentro de lo que ha sido su otra gran pasión en la vida: el campo y la naturaleza.
Características de ‘Recechando’
Edita: Editorial Solitario
Título: ‘Recechando’
Autor: Javier Rivera Redondo
Tamaño: 17 x 24 cm.
Con 128 páginas impresas a color.
Encuadernación en tapa dura al cromo, cosido con hilo vegetal.
El corzo lo cazó Oscar Gan en Teruel el pasado domingo 25 de junio.
Oscar es muy aficionado a la caza menor, algunas veces va a la mayor, a batidas de jabalí y normalmente con los perros.
Pero su amigo Marcos Montañés, propietario de la rehala El Quemao, que es como un hermano para él, le animaba constantemente: «Apúntate este año al rececho de corzo en el coto, que merece la pena».
Tanto insistió Marcos que Oscar finalmente accedió y se apuntó ¡a su primer rececho!
De tal manera que hasta Marcos le dejó su rifle nuevo que aún no había estrenado, ya que Oscar no dispone de rifle.
Oscar cazó con un rifle Tikka T3X CTR del calibre .308 Win, con un visor Burris Six XE 3-18×56 y munición Sako Powerhead Blade, magnífico equipo el que le prestó Marcos.
Otro amigo del cazador, también rehalero, su tocayo Oscar Carrillo Espinosa (rehala Carrillo), se prestó a acompañar a Oscar en las salidas previstas para el sábado 24 de junio y si hiciera falta el domingo 25, como así fue necesario al final.
Oscar tenía dos corzos localizados muy buenos, pero este no le había visto nunca.
Se le agotaba el tiempo, ya que era la última tarde que podría recechar.
A última hora, ya en el descuento, localizó al corzo descomunal con una corza en un bancal de trigo recién cosechado.
Logró acercarse hasta 200 metros, un tiro nada fácil y con muy poca luz.
«Lo vi, me eché los prismáticos a la cara y vi que era muy grande, pero no podía imaginar lo que realmente tenía encima», nos comenta Oscar.
Cuando por fin se acercó a cobrar el corzo es cuando comprobó la dimensión colosal del trofeo.
Oscar quiere agradecer a sus amigos Marcos Montañés toda la ayuda prestada: «Sin él esto no hubiera sido posible», y, cómo no, a su tocayo Oscar Carrillo por hacer las veces de guía durante el exitoso rececho.
Como hemos dicho hay que esperar a la homologación oficial, pero por el peso y volumen del trofeo, es posible que sea el nuevo récord de España.
La redacción de Caza y Safaris – Caza Wonke quiere agradecer a Oscar Gan su colaboración para elaboración de este artículo, y de paso darle la enhorabuena por conseguir tan colosal trofeo.
‘Cazando sarrios en el Pirineo’ es, sin duda, uno de los libros más representativos de la literatura cinegética española sobre la caza en alta montaña.
El autor, José Ramón de Camps, reconocido cazador, posee una de las colecciones de trofeos de sarrios más importantes del Pirineo y el sarrio es, sin duda alguna, la pieza de caza mayor más difícil, y por tanto más meritoria entre todas las de nuestra fauna cinegética.
Su trofeo, aunque parezca pequeño, es de enorme valor para el cazador.
Publicado en el año 2007, y agotado rápidamente, es reeditado dieciséis años después por expreso deseo del autor incorporando siete nuevos capítulos de sus últimas cacerías en la alta montaña y con veintitrés dibujos sobre este animal dibujados por Josechu Lalanda, colaborador de Félix Rodríguez de la Fuente y el mejor dibujante naturalista de la historia de España.
El libro está dividido en dos series diferentes; los capítulos impares están dedicados a la narración de las diversas cacerías de José Ramón de Camps en busca de sarrios por el Pirineo, y los capítulos pares están dedicados a hablar del Pirineo explicando leyendas, cuentos o anécdotas sobre la caza de este preciado animal.
Sin duda un libro apasionante y muy buscado entre los aficionados a la caza del rececho de alta montaña.
SOBRE JOSÉ RAMÓN DE CAMPS GALOBART
Es un reconocido naturalista, colaborador de revistas de fauna y conservación, reconocido por su trayectoria en la defensa y estudio de especies españolas.
Ha escrito libros sobre el sarrio, el macho montés, el zorro, el urogallo, el lobo y sobre las especies en peligro de extinción en España.
En el año 2013, la Asociación para la Conservación del Urogallo en España le nombró socio honorífico, en reconocimiento a su trayectoria personal en la defensa y el estudio de la especie.
Asimismo, en el año 2014, el Internacional Council for Game and Wildlife Conservation, en su 62 Asamblea General, celebrada en Bulgaria, le concedió el reconocido ‘Premio Literario Europeo CIC’ en la categoría de investigación y ciencia.
CAZANDO SARRIOS EN EL PIRINEO EN DATOS
Autor: José Ramón de Camps Galobart
Dibujos: Josechu Lalanda
Naturaleza salvaje / 285 páginas rústica / 14,7 x 21cm
La pasión al corcero puede llegarle a confundir si es la primavera la que trae de la mano la caza del corzo o si es este quien nos la acerca. Tanto monta. Lo incuestionable, lo indiscutible es que anda ya el personal con la sangre alterada a cuenta del pequeño cérvido y no creo que haya mejor analgésico que salir al campo. Porque al amante de la especie, estar en él ya le debiera sosegar, sin necesidad de mucho más, pues ese «más» que todos buscamos son habas contadas y, por tanto, hay que cuidarlas para que la cosecha sea la esperada, la que corresponda.
Nuestras salidas se han de llenar de caminatas a través de los más bellos momentos del día, sintiendo el palpitar de la naturaleza, oliéndola, viviéndola… en el tiempo vital por excelencia.
La cámara de fotos es el complemento perfecto en los días de caza.
Buscar huellas, escodaduras, camas…, rastros que nos hablen de él. Dirán que estamos en su territorio, ¡que existe!
Soñar despierto es ver estrellas de día y este animal lleva la nuestra
Soñar con el que ya nos la jugó o con el que no conocemos y, tan solo, imaginamos y deseamos, nos pone en funcionamiento. Nos da fuerzas para madrugar y volver al campo tras su imaginaria silueta con la convicción de que debe estar ahí. Porque soñar despierto es ver estrellas de día y este animal lleva la nuestra o, al menos, la mía.
¡Quién dijo que sería fácil!
He visto un corzo florear en unas urzes y no me ha dado tiempo a saber si era macho o hembra. Camino despacio, a tronchamonte, intentando seguir alguna vereda que facilite el silencio de mis pasos. Estoy donde quería llegar, dando vistas al espesinal de la ladera en la que vi al animal. Me descuelgo el rifle y lo dejo en el trípode. De pie, de otro modo quedaría sumergido en la espesura del monte. Saco los gemelos a pasear a ver si descubro al causante de mi rececho. Nada.
Pasan quince minutos, otros tantos más y aquí no asoman más que pájaros. Empiezo a dudar si la estrategia es la adecuada, si tal vez no haya sido un error, si no hubiera sido mejor…, ¡coño, el corzo!
Cambio los gemelos por la mira del rifle y alcanzo a meterle el blanco impoluto del trasero en la cruz… de donde cuelga el inequívoco pincel que deja a las claras que es… ¡una hembra!
¡Quién dijo que sería fácil!
Y si hubo disparo y la cosa no salió del todo bien: AEPES, no lo duden. Es el comodín de la llamada. El último recurso con garantías ciertas e inmejorables para darle la vuelta a la situación. La mejor opción antes de abandonar el cobro.
Este animal desarma mi rutina diaria
Me vuelvo a casa cansado, pero inmensamente feliz. Este animal desarma mi rutina diaria y eso, con la edad, no es baladí. He gozado de tres días de monte en soledad. Caminando mucho, pensando mucho, disfrutando… con el rifle al hombro.
Hablando de CORZOS es el quinto libro de Ángel Luis Casado, el aficionado a buena lectura, a la caza en general y al corzo en particular está de enhorabuena.